jueves, 12 de junio de 2014

Pho o "los calditos"

Hace tiempo descubrí el Pho, no recuerdo gracias a quién, pero desde entonces he sentido un fuerte agrado por el platillo exótico asiático. En lo general, se trata de un caldo de res con fideos de arroz y verduras frescas que se cuecen en el plato al momento de servirse; es un caldo aromático con albahaca, menta o hierbabuena. Lo he probado en varios lugares y me han recomendado otros cuantos. Finalmente me decidí a seguir una recomendación que me hicieron y no es que me tardara por falta de interés, sino porque que considerablemente fuera de mi ruta habitual. 
La primera vez que fui me llamó la atención el tamaño del lugar, cinco mesas para cuatro personas cada una y una mesera atendiendo amablemente, quien se acerca a levantar mi pedido aunque no tengo la más mínima idea de qué venden, porque además de todo, iba solo. Me explica que únicamente venden dos cosas: "normal y grande". No me atreví a pedir la porción grande porque vi el plato en otra mesa y me quedé sorprendido con el tamaño del plato en el que es servido. Se aleja unos cuantos pasos y regresa con mi pedido. A partir de ahí, los demás pho que he probado palidecen en comparación.
Hace una semana vi a mi amigo Ulises para comer en Pequeño Saigón, de donde salí bastante decepcionado por sus platillos que a pesar de tener un costo ligeramente alto, no parecen estar muy bien desarrollados en el tema del sabor. Le platiqué acerca del mítico local y que tenia que conocerlo, así que acordamos visitarlo una semana después. Llegó el día y arribé antes que él y tuve que esperar sentado. Otro comensal platicaba cómo él venía seguido y que realmente no había encontrado otra cosa igual en la ciudad, me tomé la libertad de añadir mi opinión que versa en una dirección similar. Finalmente nos encontramos en el lugar. La primera impresión de Ulises fue la misma, poco qué decir acerca del lugar físicamente, sin embargo, el primer contacto con aquel caldo causó varias expresiones de sorpresa, primero que nada, por la cantidad de ingredientes ya que, además de la verdura y los fideos de arroz, contiene carne de res y camarones. Pedimos un agua de coco enlatada y nos dispusimos a hincar el diente. El caldo, a diferencia de otros que he probado, tiene un sabor propio, fuerte, concentrado a carne quizá no apto para los semivegetarianos o alguna de estas corrientes raras modernas, sin embargo, ese sabor base le da cierta congruencia al resto de los ingredientes, deja de ser "agua hervida con verduras adentro", que es como describiría el que había comida aquella vez que vi a Ulises antes de comentarle de éste. 
Llenos y satisfechos continuamos la sobremesa hablando de lo curioso que era el lugar y la mesera/traductora platicaba con la dueña del local acerca de lo antes comentado por varias personas, esto es, que habíamos ido a otros lugares y que no era lo mismo; agregaba que veníamos de relativamente lejos únicamente para comer su caldo. La señora vietnamita con poco dominio del español nos preguntó por otros lugares que vendieran algo similar, a lo que le respondimos que al menos unos cuatro pero ninguno tan bueno. Ella sonrió y dijo "gracias" con un fuerte acento. En mi visita anterior me comentó la mesera que la dueña vendía pho porque era lo único que sabía cocinar. Y me da gusto. 
El platillo delicioso, el ambiente tranquilo familiar y agradable, poco común para un lugar especializado en lo que puede ser considerado un platillo exótico. Agregado a esto, el precio es bastante amigable (cincuenta pesos por el plato normal) y la cantidad me parece que es suficiente para quedar un poco más que satisfecho. Una recomendación que hace la misma dueña es llamar antes de ir, porque suele acabarse el caldo al rededor de las tres o cuatro de la tarde porque "los calditos" son bastante populares en esa parte de la ciudad. 

¿Quién dijo que el pho es una comida para hipsters?


domingo, 8 de junio de 2014

¿Como para qué?

Hace tiempo que existe un fuerte movimiento en la industria gastronómica de la región bajacaliforniana que parece centrarse únicamente en los lugares que cumplen con ciertas características estéticas o que cuentan con un "concepto" que les respalda. La comida de la calle es más que eso, más que un producto en un empaque bonito. Es lo que se hace y se consume todos los días. Disfruto de la comida, creo que tan obvio es que estoy escribiendo esto. El objetivo de este blog es solamente documentar y comentar los lugares a los que tengo el gusto de visitar. Algunos los conozco de hace mucho y otros los visito por primera vez. No soy un experto en comida, quizá sí un experto en comer.

Por cierto... soy completamente imparcial con pollo asado. (っ˘ڡ˘ς)